2011-02-09 El problema de la sucesión presidencial en Egipto.

Los cables del Departamento de Estado de EEUU siguen haciéndose públicos cada día, tanto en la página central de Wikileaks como en sus miles de ‘espejos’ diseminados por la red. Es una certeza que la revelación del funcionamiento íntimo de los gobiernos corruptos de Túnez y Egipto han inspirado las transiciones democráticas que se están intentando en estos momentos. Los ciudadanos de ambos países han reaccionado al ver de manera directa y cándida las negociaciones a puerta cerrada y la corrupción opresiva de su clase política, que los reprime para satisfacer sus intereses y los de sus aliados.

En el caso particular de Egipto el escenario al que se ha llegado es en extremo complejo, algo causado mayoritariamente por ser este un país intermediario en las relaciones entre Israel y Palestina, y de manera más general en todo Oriente Medio. Ya en un cable del año 2007 (07CAIRO1417) el embajador de EEUU en Cairo dice que "la sucesión presidencial es el elefante en la habitación de la política egipcia. A pesar de los incesantes rumores nadie en todo Egipto tiene la certeza de quien va a sustituir a Mubarak, ni tampoco como esa sucesión se va a llevar a cabo”. Estos problemas son los propios de un régimen opresivo, que tiene que ejercer sus intereses en contra de la voluntad de sus ciudadanos; algo que, por su parte, el propio gobierno admite, como nos muestra otro cable de 2009 (09CAIRO1468) en el que el ex ministro Dessouki reconoce que las elecciones de 2011 representarían de manera casi segura un problema de seguridad, que, sin embargo, podría ser aplacado ya que “la sublevación no es parte del espíritu egipcio”.

La situación actual dista mucho de lo que Dessouki se imaginó. Ahora mismo, entrando ya en la tercera semana de protestas, Egipto sigue paralizado y la situación empeora; Mubarak no da la cara y a pesar de asegurar que no será candidato para las próximas elecciones todo indica que pretende orquestar el futuro gobierno desde la sombra, y que las recientes ofertas hechas por su nuevo portavoz y hombre fuerte Omar Suleiman deben su falta de concreción al motivo de su ofrecimiento, a saber, que el gobierno solo pretende ganar tiempo y hacerse fuerte. Lo cierto es que pese a la demostración evidente del desprecio de sus ciudadanos, pese a conocerse el juego sucio del gobierno, que contrató bandas de criminales encargadas de crear situaciones violentas, pese al abuso de la policía y los militares en demostraciones pacíficas, pese a la tortura de ciudadanos y los ataques a los medios de expresión independientes y a la red, los principales actores se niegan a que haya una transición democrática real. Así, cuando los EEUU le pide a Mubarak que se retire, lo hacen sabiendo que jamás van a permitir que una figura como la de Amre Moussa, jefe de la popular la Liga Árabe pueda llegar a ser Presidente y peor aún alguien del partido egipcio de la Hermandad Islámica. Egipto es demasiado valioso estratégicamente en el complejo entramado político de Oriente Medio, y los EEUU y su aliado en la zona, Israel, se verían apretados si es que lo gobernase alguien favorable a sus principales enemigos, Irán y Siria.

Esta alianza era de sobra conocida e incluso fue ratificada por la administración de Obama, sin embargo, gracias a los cables conocemos las motivaciones verdaderas detrás de las partes: en el cable 09CAIRO874, por ejemplo, se habla incluso de cifras: “la paz con Israel ha cementado el rol moderado de Egipto en las negociaciones de paz en Oriente Medio, además de dar una base política para el apoyo militar y económico de EEUU ($1.3 billones y $250 millones respectivamente)”.

En esta situación se vuelve crucial la figura del vicepresidente Omar Suleiman, ya que los cables nos cuentan sus relaciones íntimas con Israel, por lo que parece ser el elegido por los aliados para quedarse en el poder. En el cable 07CAIRO3503, se cita a Suleiman como favorable a que "el IDF (las Fuerzas de Defensa de Israel) re-invada Philadelphi (la franja de tierra en Gaza entre las fronteras de Israel y Egipto) si creen poder detener las rutas de contrabando". En otro cable de 2008, que narra una reunión con dirigentes estadounidenses republicanos y pro-Israel, Suleiman se muestra muy complaciente con sus aliados, promete colaboración total con Israel en temas de seguridad, refiriéndose al control de túneles que los habitantes de Gaza cavan para conseguir suministros del lado egipcio. También ensalza, de manera significativa "los beneficios de un periodo de calma que previene futuras inflamaciones de la emoción Palestina", algo que se parece de manera alarmante a sus actuales intentos de contener la rabia de la población egipcia con medidas populistas, como la promesa de subir en un 15% los sueldos del personal del gobierno.

La sucesión en Egipto es, a la luz de estos datos, un tema de interés internacional, que ya no afecta solo al pueblo egipcio, sino al delicado balance de poder en Oriente Medio, y en especial para la crítica situación en Gaza. Lo que está claro es que si EEUU, Israel y sus aliados logran colocar a su candidato la situación seguirá igual (09CAIRO79) y no habrá, como no ha habido hasta ahora, una verdadera negociación por la paz en Palestina por lo que todo parece indicar que los abusos continuarán. Por el otro lado, es evidente que si el maltratado pueblo egipcio realmente quiere ver los frutos de sus protestas y demandas, deberán seguir luchando para conseguir una verdadera transición de poder y no solo una pantomima orquestada por intereses político-económicos, ya que si algo hemos aprendido de los secretos de EEUU es que a los gobiernos actuales no les gusta la democracia.

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