Entrevistamos a Francisco Carrión, diplomático y analista político ecuatoriano. Fue Ministro de Relaciones Exteriores de Ecuador y en su carrera en el exterior pasó por las embajadas de París y Londres, siendo nombrado embajador en Madrid. Tras su renuncia como jefe de la misión ante las Naciones Unidas dejó la profesión para ser profesor en la Universidad FLACSO en Quito.
La demora en contestar el pedido por parte del Ecuador parece apuntar a una reflexión profunda causada por la complejidad del asunto.¿Cuáles cree que son los puntos clave del debate?
Es normal que en un caso como este, con implicaciones multilaterales y con actores que son grandes potencias, el Ecuador se tome su tiempo para tomar una decisión. Creo que lo fundamental aquí es tener en cuenta la relación bilateral entre el Reino Unido y el Ecuador en términos de acuerdos formales respecto del derecho de asilo. Estos no están expresados de forma escrita en ningún convenio vinculante, lo cual dificulta notablemente el procedimiento. Lo único que se puede invocar son las convenciones internacionales sobre Derechos Humanos. En este sentido el caso es aun más peculiar, porque además hay otros tres países involucrados: en primer lugar Australia como país de origen del Sr. Assange; en segundo lugar Suecia, que está requiriendo su extradición para rendir testimonio por la acusaciones que pesan sobre él. Por último está EEUU, que es probablemente el más importante, pero que hasta el momento ha mostrado mucha cautela, y que por las declaraciones de sus responsables en diferentes niveles estaría esperando para juzgarle por la filtración de documentos confidenciales, que según ellos ha afectado a su seguridad.
Ahora bien, junto con la concesión del asilo tiene que pedirse un salvoconducto que le permita salir del Reino Unido y llegar al Ecuador, algo que es completamente otra historia, ya que si bien el Ecuador, en pleno uso de su soberanía, le concede la protección requerida, el Reino Unido haciendo uso de su propio reglamento interno de normatividad puede negarse a hacerlo. El caso, en consecuencia, es muy complicado.
Para la República del Ecuador, ¿qué tipo de consecuencias podrían darse en caso de que la solicitud de asilo político fuera aceptada?
Antes hay que considerar dos elementos clave. El uno es respecto de los intereses del Ecuador pero el otro, no tan obvio, tiene que ver con los principios del derecho internacional. Para efectos de que el Ecuador conceda el asilo al Sr. Assange necesita, según la tradición y las convenciones sobre la materia, que corra riesgo la vida o integridad física del solicitante, y la segunda es que el supuesto delito cometido sea político. Yo personalmente creo que en este caso se cumplen estos requisitos y por lo tanto el Ecuador debe conceder el asilo sin siquiera considerar hasta donde esto afecte a sus intereses nacionales por que está en juego la vida del Sr. Assange.
Pero, ¿cree usted que podrían darse represalias concretas en contra del Ecuador por parte de algún país involucrado?
En términos jurídicos y legales ninguno, ya que el Ecuador está haciendo uso de su atribución soberana al plantearse si conceder el asilo. Pero claro, en la práctica hay que reconocer, sin ser ingenuos, que esos países podrán dificultar ciertas vinculaciones en otros ámbitos como los comerciales o de cooperación. Pero insisto, desde el punto de vista jurídico no hay ningún motivo de que esta situación le traiga represalias al Ecuador.
¿Qué efectos podría producir a la imagen del país en el exterior?
Como dije, creo que se reúnen las dos condiciones básicas, por lo que si el Ecuador actúa en consecuencia estaría cumpliendo con la tradición en materia de asilo, lo que obviamente le traería cierto reconocimiento internacional como defensor de los derechos humanos. Pero tampoco podemos ser ajenos a la gran campaña alrededor de la figura del Sr. Assange y de lo que ha hecho Wikileaks, que puede tener consecuencias imprevistas para el Ecuador al otorgarle amparo.
Si el Reino Unido se niega a conceder el salvoconducto al Sr. Assange y este se decide a permanecer en la Embajada, ¿cree que se respetaría la soberanía del Ecuador? ¿Existen antecedentes de violaciones de este protocolo?
Encuentro muy difícil que esto suceda. El Reino Unido y sus instituciones son sumamente sólidas, lo suficiente como para respetar la Convención de Viena, que es la que establece la inviolabilidad de las sedes, correspondencia, y vehículos diplomáticos. Sería un paso demasiado riesgoso y creo el Reino Unido no lo daría.
¿Cómo ve la población de Ecuador el tema? ¿Hay difusión en la prensa local? ¿Existe un debate público sobre el asunto?
La prensa ha dado una amplia cobertura al tema pero me da la impresión que el pueblo ecuatoriano tiene otras preocupaciones y necesidades en estos momentos, por lo que el ciudadano común no le ha dado la importancia que de verdad tiene. Aparte de conversaciones políticas internas y salvo el debate jurídico y político en los medios y ambientes académicos no han habido manifestaciones publicas. Sin embargo, sí se han dado expresiones de apoyo por parte de grupos defensores de los derechos humanos en favor de ayudar al Sr. Assange.