Ya no queda ninguna duda de que Wikileaks está siendo atacada: amenazas directas desde el Pentágono; llamamientos al ataque militar por parte de la vieja derecha neo-conservadora, – que incluye un intento de juzgarla como espía usando una vieja ley de 1917 ; los sonados boicots de Paypal, Moneybookers, Amazon y ahora incluso Apple; la reticencia del gobierno Australiano para defender a su ciudadano (Julian Assange), el rechazo de su residencia en Suecia sin explicación alguna por parte de las autoridades, y la lista crece.
Ahora bien, aunque muchas voces han insinuado, o abiertamente declarado, que las acusaciones de violación del Sr. Assange son una faceta más de esta campaña, por su naturaleza sensible es mejor no apresurarse en llegar a conclusiones. Lo que sí es seguro es que las constantes irregularidades del caso lo hacen cuestionable, razón por la cual cada vez hay más voces expresando su preocupación por la verdadera motivación de las acusaciones. A mediados de agosto y en pleno revuelo de las filtraciones hechas por su organización sobre la guerra de Afganistán, el Sr. Assange salía casualmente con una politóloga liberal e activista sueca, Anna Ardin. Según su versión este la habría forzado sexualmente la noche del 14 de ese mes, por lo que una semana después presentó una demanda formal.
Hay que dejar claro que es perfectamente posible que el Sr. Assange haya cometido ese delito, que no hay que juzgarlo con una moralidad distinta por la estima de la que ahora goza ni por su trabajo con Wikileaks; sin embargo, la torpeza de Anna Ardin nos permite ver lo que quizá sea la verdadera naturaleza del caso, ya que en los siguientes días publicó sendos comentarios en sus cuentas de microblogging, Twitter y Bloggy, en los que exculpa claramente al Sr. Assange. Ahora bien, lo grave viene a continuación, ya que al ser alertada e inculpada por el periodista sueco Göran Rudling, Ardin borra los posts en su cuenta: ¿es acaso esta una actitud de víctima de violación, el ocultar datos objetivos relevantes y cercanos al momento del crimen? Es evidente que sus acciones hablan por sí solas. Sin embargo, y como ya hemos mencionado, lo que uno hace en Internet siempre deja algún rastro, y efectivamente Google almacena sistemáticamente imágenes de la red llamados caches; Rudling los encontró y los difundió para que no pudieran ser silenciados. (Otro dato relevante y oscuro, que invita a la especulación, es que poco después estas imágenes fueron eliminadas por Google de sus servidores, cosa que en otras ocasiones no sucede en años; por suerte era ya tarde y habían sido publicados en cientos de medios virtuales; con poca la previsible poca mención en los establecidos y masivos).
En el caso de la otra supuesta víctima, Sofia Wilen, relacionada con Ardin solamente a través del Sr. Assange, se sabe gracias a algunos comentarios de los fiscales suecos que envió SMS con la misma tendencia exculpatoria. No faltan las teorías para explicar estas discrepancias: Ardin realiza estas acciones en un arrebato de celos al descubrir que Assange no quiere una relación seria y que además mantiene una al mismo tiempo con Sofia Wilen (teoría que se justifica con su feminismo radical, desplegado en artículos como éste, basado en éste otro, en el que elucida métodos para vengarse de novios adúlteros); Ardin tiene contactos viejos con la CIA, adquiridos por su activismo anti-Castrista en la organización de las Damas de Blanco, concretamente con Luis Posadas Carriles, con el que supuestamente se encontró. Ésta última, como toda teoría conspiratoria es difícil de probar con certeza aunque las dudas permanezcan.
Los meses siguientes a la orden de arresto emitida el 21 de agosto son caóticos: el Sr. Assange entra y sale varias veces del país; Eva Finne, la fiscal general de la región no ve evidencia suficiente y ordena archivar el caso por lo que Claes Borgström, un viejo político social-demócrata, abogado de las mujeres y conocido aliado de EEUU, presiona y consigue reabrirlo en otro distrito, donde la Sra. Finne no puede intervenir; en este momento los abogados del Sr. Assange muestran la disposición de su cliente para asistir a un cuestionamiento preliminar: no hay respuesta de los fiscales; pide permiso para viajar a Inglaterra y se lo conceden; los medios mundiales hablan de fuga y vuelve a mostrarse disponible para ser cuestionados sin respuesta, entonces empieza la ‘cacería’ internacional llevada a cabo por la Interpol y magnificada la prensa; se presenta voluntariamente en la comisaria y es encarcelado en confinamiento solitario, en el juicio posterior le deniegan la libertad condicional y lo mantienen encerrado el máximo posible de días, sale luego con una fianza totalmente desproporcionada y es puesto bajo arresto domiciliario, con dispositivo de rastreo incluido, a la espera de ser extraditado no se sabe bien a donde.
Sus declaraciones el día 16 de diciembre ponen en palabras lo que ya está claro: “No escuchamos ninguna evidencia, incluso se argumentó en la corte que no es necesario producir ningún tipo de evidencia […] las acciones preliminares en Suecia fueron hechas en secreto e incluso se hizo una aplicación para que mis abogados no pudiesen hablar de estas cosas”, dijo Assange a la BBC. Es, por lo tanto, un ataque más a Wikileaks a través de su portavoz, que está siendo víctima de un ataque de ‘desinformación’ masivo en los medios tradicionales y sobre todo en la red: “Mi nombre, si lo buscas en Internet, aparece en cinco millones de páginas, cuatro millones de esas páginas están ahora asociadas a la palabra ‘violación’. Hay unas treinta y tres millones de páginas que mencionan esa palabra, así que me mencionan en más de una decima parte de todas las violaciones jamás documentadas en el Internet”. Señala además que el juicio que está siendo llevado a cabo revela “hechos preocupantes sobre Europa, por ejemplo, que cualquier persona en cualquier país europeo puede ser extraditado a cualquier otro país europeo sin ninguna evidencia”